Cuando pensaba esto, cayó sobre ellos impiadoso el primer ataque. Impedidos por los pantanos que se extendían al pie de las colinas, los orcos se detuvieron y dispararon una lluvia de flechas sobre los que defendían el lugar, pero a grandes trancos, rugiendo como bestias, llegaron los que venían de Gorgoroth. Llevaban una malla ceñida cuyas escamas eran córneas, y cuando blandían los negros escudos, Pippin los miraba aturdido y estupefacto. Esas criaturas horrendas tenían la costumbre de morder en el cuello a los vencidos para sorberles la sangre.
P.D. Lo podemos corregir en la clase de consulta del lunes 24 a las 11.
SG
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